Si algo tuvimos claro a la hora de planificar nuestro viaje, es que teníamos que disfrutar al máximo de todos y cada uno de los lugares que visitamos. A lo largo de esta entrada queremos enseñar qué hay de imprescindible en Bilbao y, por lo tanto, qué hemos hecho estos días por aquí.
No hay un viaje sin conocer las costumbres y cultura del destino, así que lo primero que hicimos fue echar un primer vistazo a toda la ciudad. El paseo por la gran Ría es un recorrido tranquilo y una buena excusa para empezar a conocer los rincones de Bilbao. La primera parada se llama Guggenheim, y es que todo lo que lo compone este museo, tanto por dentro como por fuera, es algo único. Justo nos encontramos con la exposición permanente (con unas figuras muy interesantes con las que se puede interactuar) y con la obra de Andy Warhol en una de las exposiciones temporales. ¡Pero aquí no acaba la visita en el Guggenheim! Pues una vez has visto todo el interior, te encuentras fuera con la famosa araña Ama (mamá en euskera) y con el perrito Puppy y sus llamativas flores.
Fuente: EUSKADITRIP |
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Dejando a un lado esta delicia cultural, nos habría encantado disfrutar de un buen partido de fútbol en el Estadio San Mamés y ver jugar al Athletic Club de Bilbao contra cualquier otro equipo, pues como dijimos en la segunda entrada se le conoce también como la Catedral del Fútbol y es imprescindible la visita. Por suerte, pudimos contemplarlo tanto por fuera... ¡como por dentro!
Por lo que nos han contado unos chicos bilbaínos muy simpáticos, la calle Licenciado Pozas va directamente a parar al campo y, en días de partido, se llena de muchísima gente de la afición para animar a su Athletic mientras toman cervezas y pintxos. Tendremos que volver para poder disfrutar de esta gran fiesta... ¡no podemos ni imaginar la que puede liarse si ganan el partido!
Fuente: EUSKADITRIP |
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Algo que nos cautivó muchísimo de esta ciudad ha sido el Casco Viejo. Es una zona antigua de Bilbao llena de comercios, desde cafeterías hasta tiendas de ropa, y gente tocando en las calles que le dan un toque bohemio y muy guay. Dejar de ir de pintxos o simplemente no tomar un buen vino por aquí podría considerarse un pecado... pero eso lo dejamos para la entrada de mañana ;).
Ah, por cierto, antes hemos mencionado que unos chicos bilbaínos muy simpáticos nos explicaron algunas costumbres de la ciudad. Nos invitaron a tomar unas cañas a su piso y la verdad es que fue una tarde genial. Desde ahí hicimos esta foto, con ikurriña incluida (la bandera de Euskadi). ¡Un saludo, cuadrilla!
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Para el final hemos dejado el monte Artxanda, que lo teníamos justo al lado de "casa". Se trata de un mirador al cual se accede en funicular (con la tarjeta de metro de allí puedes entrar) y ofrece una vista panorámica de todo Bilbao. La verdad es que es una buena forma de terminar con las visitas a la ciudad, pues puedes observar todo desde todo lo alto. ¡El atardecer ahí es espectacular!
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Es cierto que podríamos dedicar todo un blog para hablar de las mil cosas que hicimos aquella semana en Bilbao, pero hemos hecho este resumen de los tres imprescindibles para no enrollarnos demasiado.
¿Has estado en Bilbao, eres de Bilbao o tienes previsto ir? Si es así, déjanos un comentario y responderemos cualquier duda o propuesta :).
¡Mañana abriremos el estómago con nuestra entrada gastronómica! ¡Hasta entonces!
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