¡Hola campers!
Un día más y un día menos, ¿no? Pues hoy os vamos a hacer la boca agua con esta entrada. El título explica bastante bien todo lo que saboreamos en Logroño, pues como manda la tradición de la capital riojana y sería un gran pecado no hacerlo... ¡nos fuimos de catas!
Sí, porque nos quedamos con el gusanillo la vez que quisimos acercarnos a una sidrería vasca y, también, porque nos lo recomendaron nuestros amigos campers. La experiencia fue en la Bodega Museo Ontañón, en la que pudimos catar tres vinos de calidad acompañados de su correspondiente maridaje, pimientos del piquillo y queso, todo por 12€ por cabeza. Nos acercamos con nuestra croket porque se encuentra a tan solo cinco minutos desde el centro de Logroño. Además, el precio incluye una visita guiada por la bodega y el museo, el cual guarda desde exposiciones de fotografías hasta esculturas y vidrieras.
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| Fuente: Creative Commons |
Por otra parte y como ya es habitual (podemos llamarlo casi deporte nacional jajaja), nos fuimos a comer pintxos ¡por la calle Laurel! Ayer os lo comentamos, pero es que nos enamoramos de esa calle. El ambiente es inmejorable y los pintxos, por lo general... riquísimos. Siempre acompañados de un buen vinito, claro ;). Cada bar tiene su especialidad y nosotras pudimos probar un poco de todo, como los champiñones tan ricos del bar Soriano.
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| Fuente: EUSKADITRIP |
¿Qué, apetece Logroño, verdad? ¡Contadnos vuestra experiencia en la capital de La Rioja! ¿Habéis visitado otra ciudad de esta comunidad autónoma? ¿Qué bares son vuestros preferidos de la calle Laurel?
¡Mañana entrevista, ruteros! :).
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